Page 21 - 03. Saga Las Cronicas De Narnia
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IV LO QUE CASPIAN HIZO EN ESE LUGAR
A la mañana siguiente, muy temprano, Lord Bern despertó a sus invitados y, después del
desayuno, pidió a Caspian que hiciera formar a todos sus hombres con su armadura
completa.
—Y lo más importante —añadió— es que todo esté tan ordenado y limpio como si
ésta fuese la mañana de la primera batalla en una gran guerra entre nobles reyes, y el
mundo entero estuviera observando.
Así se hizo; luego, Caspian con su gente y Bern con algunos de los suyos, en tres
viajes del bote zarparon rumbo a Cielo Angosto. La bandera del Rey flameaba en la popa
de su bote y lo acompañaba su trompeta.
Al llegar al muelle en Cielo Angosto, Caspian vio a una muchedumbre inmensa que
se había reunido para recibirlos.
—Este es el mensaje que envié anoche —dijo Bern—. Todos son amigos míos y
gente honesta.
Y tan pronto como Caspian pisó tierra, la multitud rompió en alegres vítores y
gritos: “Narnia, Narnia” y “Viva el rey”. Al mismo tiempo, y también gracias a los
mensajeros de Bern, comenzaron a repicar las campanas en diversos lugares del pueblo.
Caspian ordenó que avanzara su estandarte y que se hiciera sonar su trompeta. Todos los
hombres desenvainaron sus espadas y, adoptando un aire de alegre severidad, marcharon
calle arriba, haciéndola temblar. Y sus armaduras relucían de tal manera (aquella era una
mañana asoleada) que apenas se podía mirarlas mucho rato. Al principio, los únicos que
avivaban eran aquellos que habían sido advertidos por los mensajeros de Bern, que
sabían lo que estaba ocurriendo y que querían que eso ocurriese. Pero pronto todos los
niños se les unieron, porque les encantaban los desfiles y habían visto muy pocos.
Luego se les unieron los colegiales, a los que también les gustaban los desfiles, y
pensaban que mientras más ruido y desorden hubiera, menos posibilidades había de que
tuvieran clases esa mañana. Y todas las ancianas asomaron la cabeza por puertas y
ventanas, y empezaron a charlar y a vitorear, pues se trataba de un rey... Y ¿qué es un
gobernador comparado con un rey? Luego se les unieron todas las muchachas jóvenes
por la misma razón, y también porque Caspian, Drinian y todos los demás eran muy
buenos mozos. Y también los jóvenes se acercaron a ver qué era lo que miraban las
muchachas. Así, cuando Caspian llegó a las puertas del castillo, casi todo el pueblo
estaba gritando, y Gumpas podía oír el ruido desde el lugar donde se encontraba sentado
dentro del castillo, enredándose y perdiendo el tiempo con cuentas y formularios, reglas y
reglamentos.
Frente a las puertas del castillo, el trompeta de Caspian dejó oír un toque y gritó:
—¡Abran al Rey de Narnia, que ha venido a visitar a su fiel y bienamado servidor, el
gobernador de las Islas Desiertas!
En aquellos días, en la isla todo se hacía en forma descuidada y floja. Sólo se abrió
un pequeño postigo y salió un hombre despeinado, que llevaba un sombrero viejo y sucio
en lugar de casco, y una lanza oxidada y vieja en sus manos. Parpadeó al ver a los
deslumbrantes personajes que tenía ante sí, con ojos entreabiertos.
—No pue... ver... fiencia —masculló (era su modo de decir “No pueden ver a su
Suficiencia”)—. No entrevistas sin citas, cepto tre nueve y diez p.m. segundo sábado del
mes.