Page 14 - 03. Saga Las Cronicas De Narnia
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de fino acero templado hecho por los enanos, tan flexible y efectivo como una vara de
abedul. Eustaquio (por supuesto) estaba en un colegio donde no se usab an los castigos
corporales, de manera que esa sensación era una absoluta novedad para él. Es por esto
que, a pesar de no tener costumbre de moverse a bordo, se demoró menos de un minuto en
salir de aquel lugar, atravesar la cubierta y abrir la puerta del camarote, perseguido
acaloradamente por Rípichip. De hecho, a Eustaquio le parecía que t anto la espada como
la persecución eran muy calurosas. Daban la sensación de estar al rojo vivo.

       No hubo mucha dificultad para solucionar el asunto una vez que Eustaquio
comprendió que todo el mundo había tomado bastante en serio la idea de un duelo. Oyó a
Casp ian ofrecerle una espada, y a Edmundo y Drinian que discutían sobre si se debía o no
desfavorecer de alguna manera a Eustaquio, para compensar su superioridad de tamaño
en relación a Rípichip. Eustaquio se disculpó de mala gana y se alejó. Lucía lo
acompañó para lavarle y vendarle la mano. Luego él se fue a su litera y tuvo buen
cuidado de acostarse en el lugar que le habían asignado.
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